Las contraseñas están entre los métodos más utilizados para autenticar a las personas en el
medio digital.
Estudios hechos en la actualidad revelan que las contraseñas más utilizadas del
mundo como ‘123456’, ‘password’ y demás dejan reflejado que la mayoría de las personas no
se preocupan por aplicar los conceptos básicos de complejidad para las contraseñas.
Muchas veces estos descuidos van de la mano con la utilización de claves que
podamos recordar fácilmente, pero al mismo tiempo les facilita el trabajo a posibles atacantes
informáticos al tener contraseñas débiles.
En primer lugar, para mantener contraseñas robustas es fundamental no utilizar la misma contraseña en
varios sitios. Muchos usuarios tienden a hacer esto ya que es más fácil utilizar una clave para
todo, pero esto es considerado una mala práctica ya que abre las puertas a que esta pueda ser
comprometida debido a la alta frecuencia de su uso y también a que pueda ser filtrada por
alguno de los sitios en alguna falla de seguridad, comprometiendo todos los otros sitios donde
es utilizada.
Lo segundo es no utilizar una que se encuentre en la lista de los passwords más utilizados
del mundo. SplashData hace público cada año un estudio con las contraseñas más utilizadas a
nivel mundial, es importante identificar si las contraseñas que utilicemos se encuentran en
este ranking.
En tercer lugar, la complejidad de longitud y caracteres. Se recomienda utilizar una
longitud mayor a los 8 caracteres utilizando por lo menos 3 de los siguientes grupos números,
letras en minúscula, letras en mayúscula y símbolos especiales como “*”, ”@” etc. Si los
passwords con este nivel de complejidad con difíciles de manejar para ti también se puede
optar por utilizar ‘Passphrases’ como letras de canciones con longitudes que superen los 15
caracteres, ya que, a partir de aquí, la contraseña en contra de un ataque de fuerza bruta
tardaría el mismo tiempo que una de 8 caracteres con las complejidades ya mencionadas.
El cuarto tip es el cambio de las contraseñas periódicamente. Muchas veces asignamos
nuestras contraseñas en nuestros servicios y no volvemos a cambiarlas, lo cual es peligroso. Es
importante que renovemos nuestras claves para disminuir los riesgos de ataques para
descifrarla, por lo menos cada 30 días. También si ya se ha utilizado una contraseña no volver a
reutilizarla en poco tiempo.
Haciendo uso de por lo menos estos 4 hábitos podremos mantener contraseñas robustas
en todos los ambientes en que las utilicemos y así aseguraremos correctamente nuestros
datos adecuadamente en contra de hackers y estarán menos vulnerables.
Artículo escrito por Leonardo Andrés Mota Polanco